domingo, 11 de diciembre de 2016

El castillo vitrificado de Richard Misiano-Genovese

Richard Misiano-Genovese, Lady in waiting, 2015

Otra de las “declaraciones” más interesantes sobre el collage que aparecen en el catálogo À luz dos castelos envidraçados es esta de Richard Misiano-Genovese, a cuya insaciable actividad investigadora del lenguaje surrealista nos hemos referido aquí reiteradamente. En Coimbra expuso Dama de honor y Mujer mecánica en estado de gracia, piezas ambas realizadas el pasado año.


*

Richard Misiano-Genovese es además noticia, ya que acaba de lanzar en las ediciones de La Belle Inutile una nueva publicación, Liquid dreams, donde da una muestra de sus “sueños líquidos” –veinte en total–, de los que ya vimos uno aquí.
Como siempre, Misiano-Genovese acompaña las imágenes de la reflexión teórica, funcionando como introducción a ellas el ensayo “La imagen como anagrama”, que se divide en las partes “Tijeras y pegamento”, “Persuasores ocultos” y “Testificando contra el visionario”.
A lo largo de estas páginas centradas en la práctica del collage, diserta el artista sobre los sueños diurnos, el ensueño, el automatismo y el sueño, su preferencia por el collage no digital, la importancia del azar en la busca de una nueva imagen y, en fin, el carácter específico de estos “sueños líquidos” realizados a partir de grabados en metal, con formas biomórficas simples recortadas en la revista Images, reminiscencia de las visiones biomórficas de un Jean Miró o un Hans Arp, pero siguiendo luego un proceso regido por el azar.
Misiano-Genovese insufla así esas visiones decimonónicas (y ya de por sí pocas cosas me han cautivado tanto como las de Doré que ilustraban La balada del viejo marinero)  con las llamas de la deriva erótica contemporánea.

Richard Misiano-Genovese, Liquid dream, 2, 2016