domingo, 21 de febrero de 2016

“El Gran Juego”


Pepitas de Calabaza acaba de publicar una antología de textos de Le Grand Jeu, seleccionada, traducida y editada por Julio Monteverde. Se trata de una publicación de referencia, que da al lector hispano una visión amplia y certera de este grupo tan importante en la propia historia del surrealismo, aunque su breve evolución se haya situado en zona autónoma.
Un largo estudio, titulado “El Gran Juego: Historia de un cataclismo”, presenta la materia con inteligencia y conocimiento. Sigue la selección de textos de cada uno de los cuatro números (1928-1932), para acabar con unas notas biográficas de los componentes del grupo.
Una revista de estas características no tiene desperdicio. Es por tanto difícil si no imposible hacer una selección, y así, señalemos en el primer número que podrían haber ido igualmente el demoledor ataque de René Daumal a Lévy-Bruhl, la entusiasta declaración de Gilbert-Lecomte a René Guénon y, de Gilbert-Lecomte también, la magnífica crónica de “Puericultura”. A muchos sorprenderá también saber que este número incluía la traducción de un pasaje de La quinta de Palmyra, novela “portuguesa” de Ramón Gómez de la Serna. Sobre Guénon hay también, en el número segundo, una crítica, igualmente admirativa, de René Daumal.
Sí están, obviamente, todos los textos claves, como, en el tercer número, “La horrible revelación la única”, de Gilbert-Lecomte, y, de Daumal, “Nerval el nictálope” y su noble carta a André Breton.
Hubiera estado bien hacer una descripción de cada número, con la referencia a las colaboraciones plásticas, que las hubo de Mayo, Dida de Mayo, Sima, Arthür Harfaux, Maurice Henry, Man Ray y André Masson.
En suma, una publicación valiosa y útil, y que además no se presenta como historicista, sino como reivindicadora de una actualidad viva, a diferencia de la apestosa que los llamados medios de comunicación vomitan a diario.

Dibujo de Maurice Henry, en Le Grand Jeu

En Pepitas de Calabaza, Monteverde ha editado y traducido La necesidad del ateísmo y otros escritos de combate, de Percy Shelley, ha traducido En pos del milenio. Revolucionarios milenaristas y anarquistas místicos de la Edad Media, de Norman Cohn, y ha hecho el epílogo de El concilio de amor, de Oskar Panizza (en el prólogo el gran texto de Breton). Lo que revela cuán perfectamente afinada tiene su brújula.