martes, 13 de mayo de 2014

Revuelos

El grupo surrealista de París, por los nombres de Elise Aru, Anny Bonnin, Claude-Lucien Cauët, Alfredo Fernandes, Joël Gayraud, Guy Girard, Michaël Löwy, Ana Orozco, Pierre Petiot y Jean-Raphaël, acaba de hacer público el comunicado “Le vif et l’avili”, en que se denuncia el plagio no ducassiano que acaba de perpetrar un tal Emilio De Santi con el poema erótico de Hervé Delabarre Avie d’elle avilie, aparecido independientemente en 2000.
Como la estafa ha sido hecha a expensas de Jean-Pierre Paraggio, quien lo ha editado de buena fe en su colección del umbo, Paraggio ha sacado urgentemente un número especial de la hojilla Soapbox, que, al igual que los diez anteriores, se envía por internet a quien se interese, con solo pedírselo a él:
La hoja de Soapbox se abre con un “Aviso de desaparición”, ya que el infame cuaderno santiano ha sido retirado de inmediato, e incluye tanto la demostración escandalosa del plagio (¡hay que ver la gente que circula por ahí!) como un homenaje a Delabarre, que sí que es un auténtico poeta. Para quien no lo conozca aún, esta es la nota que yo le dedico en la próxima edición de Caleidoscopio surrealista:
Hervé Delabarre (1938). Poeta y pintor, el bretón Hervé Delabarre es de los que han permanecido fieles al proyecto emancipador y visionario del surrealismo, desde los años de La Brèche, donde colaboró con poemas. Estuvo presente en 1964 en el rodaje de Le surréalisme, que dirigían al alimón Robert Benayoun y Jacques-B. Brunius, y al responder a la encuesta sobre el erotismo y el cine de la revista Positif, afirmó que L’âge d’or era la película más erótica que conocía, y que La liberté ou l’amour de Desnos la obra que más desearía ver llevada al cine. En el n. 2 del Bulletin de Liaison Surréaliste (1971), al presentar una discusión sobre el juego de los relatos paralelos, que le había enseñado un “viajero desconocido”, describió un juego anterior muy similar, el Illôt-Mollo, propuesto en Rennes dos años antes. Vigilante ante las imposturas y demagogias del trío liquidacionista, fue un placer verlo aparecer en la encuesta de la revista S.u.rr… sobre el sueño, el lenguaje y la imagen (“Écoutons voir”, 2003) y luego en el n. 2 de la nueva serie de Supérieur Inconnu (2005), con una magnífica prosa sobre los sueños. Celebraba a la sazón Alexandrian sus obras pictóricas y poéticas, “sin cesar en busca de las aventuras interiores, de lo maravilloso y del onirismo”. Es autor de las siguientes publicaciones: Les métamorphoses du bill (1960), Les dits du sire de Baradel (1968, con diez aguafuertes de Camacho), Métronome du désir l’éclair (1970), Lueurs d’antre (1989), Pour en finir avec les mouches (1992), Paroles de Dalila (1992), Des bribes pour Dalila (1992), Avide d’elle avilie (2000), Danger en rive & autres poèmes (2004), Effrange le noir (2010), D’Éléonore et d’autres (2011, con collages de Marie-Laure Missir), Le plumier de la nuit (2011, con collages de Pierre Rojanski), Les Hautes-salles (2012), Les Survenants (2013, con dibujos de Georges-Henri Morin) y Dans l’ombre du lynx (2014). En 2007, las Éditions Surréalistes publicaron Le lynx aux lèvres bleues, extraordinario poema que había impresionado en 1964 a Breton, quien dio a conocer en seguida un largo pasaje, en el n. 7 de La Brèche; luego desaparecido, Jean-Pierre Guillon lo recupera en 2004. En 2006, fue de los que refrendaron el manifiesto À la niche les glapisseurs de dieu!
Muy de destacar son las respuestas de Hervé Delabarre a “Écoutons voir”, cuando sobrepone personalmente el “mensaje automático” a la escritura automática, pero sin desvalorizar a esta: “No he renegado nunca de la escritura automática y hace más de cuarenta años que la practico, aunque solo recurra a ella modestamente. Actividad lúdica, higiene mental, sigue siendo incomparable. Su rechazo por algunos me parece a menudo sospechoso y mancillado por pretensiones literarias o «poéticas»”.
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Revuelos hay siempre que se publica un libro de Arthur Cravan, cuyos puños tan gozosamente se habrían ejercitado con un Emilio De Santi.
Pues bien: son dos las publicaciones que acaban de presentarse en la Galerie 1900-2000, siempre situada en la onda del surrealismo.
Una es Pas Maintenant (Éditions Cent Pages), y consta de 35 cartas inéditas a Sophie Treadwell y de la versión completa del fantástico prosopoema Notes.
La otra es Very boxe (Orbis Pictus Club), álbum con quince fotos de su combate con Jack Johnson, para muchos expertos considerado el mejor boxeador de todos los tiempos y a quien se enfrentó Cravan, bastante ebrio, en 1916. Las fotos son de magnífica calidad, y en la hoja de publicidad se presenta el legendario desafío como el “primer happening”, la “primera performance” de la historia del arte, lo que sería cierto si no fuera porque aquí se está fuera del “arte” y porque ya quisieran la infinidad de “happenings” y de “performances” compararse al gran desafío cravaniano.
Recordemos que en 2006 los Museos de Estrasburgo editaron un precioso catálogo (Arthur Cravan. Le neveu de Oscar Wilde) con ilustraciones pugilísticas (y textos de Emmanuel Guigon y Georges Sebbag), y en 1992 la Galerie 1900-2000 el librito Arthur Cravan. Poète et boxeur, donde se incluía este precioso cartel de la colección Eduardo Arroyo (obsérvese que aquí el dibujante, a diferencia del que hizo la publicidad de los emboquillados Elefante, hace un retrato convencional de los rivales, a los que seguramente no conocía):


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Revuelos literales hay en las breves prosas de Laurent Albarracin que componen Les Oiseaux y que han tomado como “pistas de vuelo” ocho fotomontajes de Maëlle De Coux, reveladores de cómo un mínimo de recursos puede provocar el máximo efecto poético. Esta nueva publicación de Albarracin evoca de inmediato Le déluge ambigu, poema publicado en 2000 en la Collection de l’umbo, con ilustraciones de Jean-Pierre Paraggio en ninguna de las cuales faltaban sus característicos pájaros picudos.


Les oiseaux ha sido publicado en las Éditions des Deux Corps de Anne-Marie Beeckman, quien a la vez lanza otra edición primorosa, compuesta de textos propios: Louis Pons, rat club section autonome, o mejor dicho de “un tríptico poético nacido del encuentro entre la pluma de Anne-Marie Beeckman y el plumaje de Louis Pons”. O sea, otro encuentro de la poesía verbal y la plástica, tan del gusto del surrealismo.