miércoles, 22 de enero de 2014

Her de Vries y “Fata Morgana”

Le Grand Tamanoir acaba de editar Ciels changeants. Marseille – New York – Buenos Aires, estudio de las primeras ediciones del poema de André Breton Fata Morgana, realizado por Her de Vries. Ya se había publicado en el Bureau de Recherches Surréalistes hace siete años, pero solo en una tirada de 20 ejemplares, por lo que es una buena noticia que ahora pueda llegar a muchas más manos.
Fata Morgana lo escribió Breton en la mansión Air Bel, esperando la salida de Marsella. Muchos hubieran deseado que hubiera ido a parar a Auschwitz en vez de a Nueva York, y cuando digo muchos no me refiero solo a quienes entonces lo buscaban (en 1940, sin ir más lejos, había sido denunciado como “autor de varias obras de tendencia anarquista”, y su posición de cabeza visible del movimiento surrealista lo situaba en las preferencias nazis), sino a los posteriores intelectuales estalinistas o empapados de estalinismo. Su deseo era que el libro fuera ilustrado por Wifredo Lam: “Es, de todos los artistas que conozco, el que actualmente me parece que tiene más que decir”, y de hecho Lam se encontraba entonces en un momento decisivo de su trayectoria. La publicación fue rechazada por la censura “hasta la conclusión final de la paz”, conforme vemos en la ilustración. Recordemos que dos meses antes la publicación de la Antología del humor negro había sido también rehusada, por ser la “negación del espíritu de revolución nacional”
En Fort-de-France, Breton, Jacqueline y Aube fueron internados en un lazareto que funcionaba como campo de internamiento, acusándoselo de ser “un agitador peligroso buscado desde hace tiempo por la policía francesa”. Her de Vries estudia luego la publicación en una revista neoyorquina al año siguiente y el cuaderno de Buenos Aires, ya en 1942.
Esta excelente contribución a los estudios bretonianos –como se sabe, dominados por la pedantería, el racionalismo y la irresponsabilidad que tan bien medran por la planetaria red universitaria– puede obtenerse a través de Infosurr:
ciels changeantes