miércoles, 4 de julio de 2012

“Styxus”, n. 4


Aunque aparecido el año pasado, solo ahora hemos conocido el n. 4 de este boletín del grupo surrealista checo Stir Up, sucesor del grupo Lacoste, que funcionó a caballo de los años 60 y 70.
La publicación es de 48 generosas páginas, a tamaño grande, con muchas ilustraciones en color y algunos textos e informaciones en francés, que es una lástima no sean más, como también sería de agradecer que los títulos de las obras reproducidas vinieran en las dos lenguas.


Dirigen la publicación Arnost Budik, Vaclav Pajurek y Josef Bubenik. En la portada, un óleo de Zdenek Piza, a quien pertenece también esta segunda imagen.
La mayoría de los nombres que forman parte de Stir Up están presentes en O reverso do olhar, el tan útil catálogo que Miguel de Carvalho: Budik, Bubenik, Pajurek, Piza, Zdenek Cibulka, Jan Docekal, Linda Filipova, Lubomir Kerndl, Josef Kremlacek, Vladimir Kubicek, Ondrej Vorel y Jan Wolf. Solo Gabriela Kopcova está en el catálogo de Coimbra y no en el boletín, que en revancha suma los nombres de Jiri Havlicek, Jan Kloboucnik y Pavel Reznicek, este último una figura bien conocida y de quien tenemos aquí dos poemas.
Aparte los eventos del grupo y las noticias sobre exposiciones de Kremlacek y Bubenika, se da cuenta de la participación en la exposición internacional chilena “El umbral secreto” y en la de Estambul “Destruction 2011”.

Pintura de Frantisek Maly

Arnost Budik, siempre generoso e infatigable, se encarga de una serie de notas críticas, semblanzas y homenajes. Uno de sus textos va dedicado a Ludvik Kundera, desaparecido en 2010, y dos a sendas figuras ya también desaparecidas del surrealismo y que lamentamos no estén incluidas en Caleidoscopio surrealista: Frantisek Maly y Henry Lejeune. El primero vivió entre 1900 y 1980, y Stir Up lo homenajeó en 2010 con una exposición y un acto colectivo del grupo, de título “Las sombras de los olvidados vigilan”. Frantisek Maly se inició en el cubismo lírico, del que pudo liberarse gracias a las pinturas de Giorgio de Chirico. Cuando la ocupación nazi, en 1938, partió para Brno, sumiéndose su obra en un período sombrío, y resurgiendo en los años 60 con el grupo Lacoste.


En cuanto a Henry Lejeune, Arnost Budik titula su semblanza “El surrealismo resucitado”. Lejeune era de Hainaut, lugar alto del surrealismo, y solo es citado en la suma de Xavier Canonne sobre el surrealismo en Bélgica por su amistad con Armand Simon. Arnost Budik reivindica sus cuadros y dibujos, de los que hay aquí cuatro muestras (una de ellas acompaña estas líneas), a las que se suma una escultura.
Añadamos las notas sobre el surrealismo en Holanda y sobre Rik Lina en particular, sobre la exposición en Praga de collages y objetos “Los jardines nocturnos” de Miguel de Carvalho, sobre “El ojo céltico” de Jean-Claude Charbonel y John Welson, sobre João Rasteiro (de quien se traduce un poema), sobre Jan Wolf. Este último es el responsable, con Bubenik, de los “Sueños de minotauros”, acción surrealista de la que se nos muestran unas inquietantes fotografías, con personas sentadas en una cueva laberíntica, las cabezas envueltas en bolsas de plástico negras.


Styxus no deja dudas acerca de la fuerza imaginativa y el gusto experimental que han caracterizado siempre al surrealismo checo. Destaque especial merecen las contribuciones de Vaclav Pajurek, en su doble dimensión crítica y creativa. De él es el “retrato” que aquí reproducimos.
En cuanto a las obras colectivas, merece situarse en primer plano esta página, donde se ha partido de una característica pintura de John Welson. Y de paso vemos a algunos de los nombres claves del grupo, al que no hace falta desear larga vida, porque ella parece plenamente garantizada.