lunes, 2 de abril de 2012

“Other air”: Dos décadas de surrealismo checo-eslovaco (2)


Tal vez sea el tercer capítulo, titulado “La primavera”, el más rico de Other air. Se abre con Svankmajer introduciendo sus “objetos magmáticos”:
“The most auhentic works are undeniably those that come closer to the work of nature. Each conscious intervention by human hand is at the expense of this authenticity. For this reason, works of genuine authenticity are automatic texts, mediumistic, spiritist drawings, found objects (readymade), dream objects, certain fetishes of primitive societies, but above all the artwork of nature itself: roots, cave stalactites, rock formations, the fantastic drawings of agates, butterflies, beetles, animals in general, bones, conchs, etc. The power of authenticity is in no doubt here. Though we might avail ourselves of all this in our own work, the imitation of nature is not allowed us.– There is still one path: incorporate into the creative process the capacity of nature, its power and imagination. This is called objective chance.– For objective chance to function it must provoke, go against the stream. This is what I did with my magmatic objects”.
Más adelante, Svankmajer se ocupa del vocabulario táctil, y luego del dibujo automático y mediúmnico. Sobre este último, escribe en su flamante y espléndida obra Le surréalisme. Parcours souterrain Patrick Lepetit: “Los surrealistas checos, a principios del siglo XXI, se han lanzado, bajo el impulso de Alena Nadvornikova y de los Svankmajer en la producción de dibujos mediúmnicos, reencontrando así la muy antigua tradición espiritista de la Bohemia y de la Moravia. Bello ejemplo de permanencia de las interrogaciones surrealistas...” Encontramos aquí notas sobre los dibujos de Alena Nadvornikova (y sus pinturas), así como de Bill Howe, del grupo de Leeds. Ambos, por los demás, hablan de su propia actividad. En esta dirección crítica, Dryje aborda la poesía de Kristyna Zackova y Dryje y Solarikel cine de David Jarab. Del versátil Dryje he de destacar sobremanera sus asombrosas visiones arenosas, realizadas en 1999 y 2002, con varias muestras en las páginas 99, 173 y 183, la última un extraordinario “Homage to Picabia”:


Del juego colectivo “Antes y después” –con dos imágenes entre las que hay que llenar la historia intermedia–, presentado por  Sasha Vlad y Dan Stanciu, tenemos una pequeña muestra. Otro juego es el de las “Estaciones surrealistas de la cruz”, intervenciones de trece miembros de grupo en imágenes de nichos religiosos.
El humor reina en “El sueño del ataúd cantante”. Petra Mandel sueña con un instrumento musical: un ataúd con unas cuerdas de guitarra sobre la tapa y una ventanilla abierta de tal modo que permita a quien estuviera dentro cantar y hacer sonar las cuerdas, como una especie de arpa eólica surrealista. Johannes Bergmark no solo realiza el objeto sino que se mete dentro y se pone a cantar y berrear:


De Bergmark hay también, en la primera parte, una “escultura onírica”. Otros sueños, pero de sabor esotérico, originan pinturas, de Martin Stejskal y de Lucie Hruskova. El humor absoluto reina también en un sueño de Sasha Vlad. Victor y Théodore Brauner han vuelto de Bucarest y traen con ellos una capa hecha de clips. Sasha Vlad se hace una, y aquí lo vemos en una foto memorable:


Otro de los platos fuertes es el homenaje al poeta romántico checo Macha, aquí el grupo prolongando el entusiasmo que por esta figura tuvieron tanto Styrsky como Toyen, quienes ilustraron libros suyos, Styrsky incluso inspirándose en él para algunos de sus sueños. Realizan este homenaje de 2007 los Svankmajer, Roman Kubik y Martin Stejskal:


“The spring” lo cierra otro extenso ensayo, en este caso de Dryje. Se trata de una excursión crítica por la obra de los componentes principales del grupo, a partir de la distinción hecha por Karel Teige entre automatismo de visión y automatismo de creación. Anotaré que me es agradable ver coincidir a Frantisek Dryje conmigo en la perfecta puntualización que hace a las tonterías críticas del por otra parte maravilloso libro que en 2003 se publicó sobre nuestro amado Karol Baron.
Llegamos así al último capítulo, “El relámpago”, con collages eróticos de Albert Marencin, fotocollages de Ludvik Svab (combinando azarosamente en una foto varios fotogramas de diversas películas), un dossier sobre ventanas y defenestraciones (evocando, cómo no, el fundacional “Hay un hombre cortado en dos por la ventana” de André Breton), un divertido poema en homenaje a Arp y un ejemplo de “poema interminable” por Joseph Janda, notas sobre Kathleen Fox, Jakub Effenberger(de quien hay espléndidas fotos a los largo del libro), Josef Janda, Eva Svankmajerova, Ludvik Svab, Ody Saban, Frantisek Dryje (en tanto poeta), etc. Como cierre, Ludvik Svab brinda un lúcido apunte ensayístico: “Exento de cualquier preocupación estética o moral”.
Este catálogo es imprescindible, tanto para conocer la actividad del grupo surrealista checo y eslovaco en las dos últimas décadas como para su historiografía, ya que en las páginas finales se describe la cronología de dicha actividad desde 1990 a 2011, con un inventario de exposiciones, revistas, juegos colectivos y todo tipo de eventos. Un catalogo como este, en tanto manifestación de un grupo en plena acción surrealista, si lo unimos a otras publicaciones y a muchas noticias que hemos ido registrando a lo largo de estos últimos meses, demuestra fehacientemente la plena vitalidad del surrealismo.