lunes, 9 de abril de 2012

“Mélusine” y el libro surrealista


El n. XXXII de la revista Mélusine (Cahiers du Centre de Recherche sur le Surréalisme), que dirige desde el año1980 Henri Béhar, lleva por título À belles mains. Livre surréaliste. Livre d’artiste. Recordemos que el n. IV, publicado en 1982, ya se ocupaba de Le livre surréaliste.
Desde el punto de vista surrealista, el trabajo más importante es el de Sergio Lima sobre el libro-objeto, trabajo firmado en 2010 y cuyo título es una conocida frase de André Breton: “Toute épave à portée de nos mains doit être considérée comme un précipité de notre désir”. En la parte final, Sergio Lima llama la atención sobre la importancia de los “cuadernos de poesía” Menú, que edita en Cuenca Juan Carlos Valera, para concluir con estas palabras: “El libro-objeto es el anti-libro. Libro-objeto o no-libro. El libro-objeto, como el arte mágico, es el resultado de los principios mágicos, de la libre asociación y del pensamiento por analogía, del proceso delirante que lo constituye. El libro-objeto es una explosión. Es la expresión de una visión otra. Es deseo deseante, puerta batiente. Así, el libro objeto es el objeto de deseo. Es lo prohibido. Y continúa siéndolo durante sus más altos vuelos”.
La introducción de este número la hace Elza Adamowicz, quien traza unas acertadas “aproximaciones metodológicas al libro surrealista”. Hay trabajos, evidentemente muy desiguales en calidad y en interés, sobre las ediciones GLM de las Obras completas de Lautréamont, sobre las colaboraciones entre Max Ernst y Paul Éluard, sobre las fotos de La femme visible de Man Ray, sobre Facile (Éluard/Man Ray), sobre Fata Morgana (Breton/Lam), sobre los libros objetos del canadiense Roland Guiguère, sobre Dons de féminines de Valentine Penrose, sobre las colaboraciones de Toyen con Annie Le Brun y Radovan Ivsic, sobre el Logbook de Christian Dotremont, sobre los libros de Gisèle Prassinos, sobre la obra del belga Marcel Broodthaers, sobre el poema de Pieyre de Mandiargues con litografías de Bona Les variations citadines (una de las cuales vemos en la portada de la revista, que aquí reproducimos), etc.
En el capítulo “Variété” hay artículos que se ocupan de Gellu Naum y Michel Carrouges, y en el de “Documents” de Nicolas Calas, Wols, René Crevel y la correspondencia entre André Breton y Maurice Fourré (1949-1955). De todos ellos hemos de destacar el de Stephen Steele sobre la gira de Crevel a fines de 1926 por Inglaterra (Londres, Cambridge, Oxford), para leer L’esprit contre la raison. En efecto, desconocíamos este viaje creveliano, que sin duda hay que anotar con fuerza en la lista de antecedentes más importantes de la eclosión surrealista británica de 1936.